“Al nacer cada día era un desafío, hoy tratamos de hacer su vida lo más normal posible”

jueves, 17 de noviembre de 2022
Unidad de Neonatología - Servicio de Salud Ñuble

Eulogia Pinto, es la madre de Anaís Otárola, la prematura extrema nacida con menos semanas de gestación en el Hospital de Chillán. Solo con 590 gramos, la niña es parte del 10% que sobrevive luego de nacer con escasas semanas de gestación.

Anaís Otárola, tiene 6 años y 5 meses. Nació en el Hospital Clínico Herminda Martín solo con 23 semanas de gestación y 590 gramos de peso, debido en la complicación presentada por su madre, Eulogia Pinto teniendo que programar una cesárea de emergencia. Anaís era la gemela más pequeña en peso, su hermanita Milagros pesó 690 gramos, no obstante, su condición de salud empeoró y pese a los esfuerzos clínicos por mantenerla con vida, falleció 10 horas después de su nacimiento.

“Fue muy duro el momento que pasamos como familia, cuando nos contaron que solo sobrevivía Anaís y de hecho, desde el nacimiento los médicos nos explicaron que había que vivir el día a día. Mi hijita nació con retinopatía del prematuro y con problemas auditivos, además de necesitar soporte de oxígeno que todavía usa. Gracias a Dios, no tiene secuelas neurológicas e intentamos que haga su vida lo más normal posible”, reconoce Eulogia, respecto de su hija Anaís.

Actualmente, Anaís es alumna del kínder del Colegio San José de San Carlos, aunque no asiste de forma presencial, pues no está autorizada por su médico broncopulmonar. Usa oxígeno de forma permanente, pero pese a esto, la mamá la describe como una niña alegre, inquieta y conversadora y asegura que los 7 metros de extensión de la naricera, le permiten jugar, brincar y saltar con total libertad dentro de su casa y también en el exterior de ella. Es la menor de 4 hermanos y la regalona de la familia. Le gusta cocinar, su especialidad es amasar pan.

“Ella no conoce el mar ni los ríos, porque la cuidamos harto para que no se enferme. Salimos poco, a control médico y al colegio cuando nos llaman por alguna entrevista y en casa, no recibimos visita, solo su hermana mayor para reducir las probabilidades de un resfrío”, cuenta la mamá.

Durante la pandemia, solo asistía a los controles del Hospital y no podía volver a la Unidad de Neonatología, porque estaba restringido. “Estamos contentas, porque podemos pasar a saludar a las tías, las extrañamos en la pandemia, porque solo podíamos comunicarnos por teléfono, pero no visitarlas”, agrega Eulogia.

La pequeña permaneció hospitalizada en la Unidad de Neonatología durante 6 meses, tiempo en el cual su madre y padre viajaban cada día desde San Carlos, para acompañarla y también para dejar la leche materna que le aportaba a su crecimiento. “Estoy agradecida del cariño y atención que recibimos en el Hospital, porque todo el tiempo nos explicaron cada medicamento nuevo, procedimiento que le realizaban y también como evolucionaba, todo lo que pasaba con ella. A veces, los días no eran muy positivos, pero siempre se notaba la preocupación y los cuidados de las enfermeras y de todas las personas que trabajan en la Unidad”.

Cuidados especializados

Varios son los especialistas y profesionales que acompañan el crecimiento de Anaís, al igual que el de otros niños y niñas nacidos prematuros, es decir antes de completar las 37 semanas de gestación: pediatra, oftalmólogo, otorrino, cardiólogo, nutricionista, neurólogo y endocrinólogo, quienes periódicamente los controlan, examinan y tratan las eventuales secuelas que pudo generar su nacimiento antes de tiempo.

Según relata, el Dr. Julio Salas, jefe de la Unidad de Neonatología del HCHM “la prematurez es la principal causa de mortalidad neonatal y la segunda de mortalidad infantil en Chile, aunque la sobrevida de los prematuros extremos es de más de 75%. Nuestro desafío como Unidad es sacar adelante a niños y niñas como Anaís, que pese a que de acuerdo a la literatura solo tienen un 10% de probabilidades de sobrevivencia, lo puedan conseguir y que esto sea con un número reducido de secuelas, ojalá sin ninguna”.

El especialista, además detalló que “para nosotros como equipo es un gran logro cuando damos de alta a un niño o niña prematuro extremo, por eso desde el 2019 les hacemos una graduación íntima con sus padres, para animar a la familia y regocijarnos de que todo el empeño que ponemos en el cuidado de nuestros pacientes, vale la pena. Por eso también, celebramos el Día del Prematuro y nos reunimos con ellos, fortaleciendo el lazo de cariño que tenemos”.

A octubre de este 2022, en el Hospital de Chillán se han registrado mil 773 nacimientos, 283 nacieron antes de completar las semanas de gestación, mientras que 69 fueron prematuros extremos.

Unidad de Neonatología - Servicio de Salud Ñuble

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